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viernes, 20 de febrero de 2015


¡No Germina la Justicia Sin Semillas de Memoria!
Comentarios al documental "Sembrando Semillas de Memoria" de CALDH por Andrea Ixchíu
Cine Lux – 19/02/2015 – Jun Tz’i. 



No olvido el 2013, justo ese año tuve el honor y la responsabilidad de ser una autoridad comunitaria en Totonicapán. Justo el 10 de mayo en la casa comunal de los 48 cantones de Totonicapán, estábamos reunidos con miembros de la alcaldía indígena Ixil, compartiendo experiencias de trabajo comunitario.

Estuvimos pendientes del juicio todo el día, cuando de pronto llego la noticia, contra todos los pronósticos se dictaría la sentencia en él Juicio por Genocidio. No sé si esto fue casualidad o el Jun Ajpu que marcaba el Cholq’ij ese día tuvo algo que ver con todos esos eventos.

Abandonamos nuestra conversación y nos dispusimos a proyectar la audiencia en el salón, nadie lo podría creer. La noticia de la lectura de la sentencia se regó como el agua que corre de un chorro. De pronto el salón de la casa comunal estaba inundado de ancianas, niños y jóvenes. Todas y todos con mucha curiosidad e incertidumbre.

Entonces la voz de Yasmín Barrios, quién en nombre del pueblo, la memoria, la verdad y la justicia declaró culpable de Genocidio a Efraín Ríos Montt. El llanto dentro de ese salón fue inevitable. En Guatemala pocas veces tenemos el privilegio de llorar de alegría. Recuerdo como nos abrazamos Ixiles y K’iches, festejamos, no solo la condena, sino la esperanza de creer que la Justicia en Guatemala es posible.

La prensa, la radio, los medios locales, llegaron de inmediato a la casa comunal, las autoridades Ixiles hablaron. Fue histórico que nuestras varas pudieran estar juntas ese día, y que el Jun Ajpu, nuestro abuelo cerbatanero le diera la valentía al tribunal, al equipo jurídico y sobre todo a las y los sobrevivientes del genocidio ese día, para vencer a la oscuridad.

Recuerdo ahora la historia de los héroes gemelos en el Popol Vuh, Jun Ajpu e Ixbalanqué, quienes luego de derrotar a los señores de Xibalbá, bailaron para agradecer y festejar la victoria y con esto dejar un registro, una herencia cultural de ese momento. Por eso al igual que como hicieron los gemelos, la explosión de creatividad, arte y fuerza, con que se celebró esta sentencia fue inevitable. Todas las canciones, grafitis, fotografías y poemas sobre este juicio y la sentencia fueron y son importantes para la construcción de la memoria histórica.

También el trabajo de los medios informativos fue crucial.  Portadas de periódicos, reportajes, programas de televisión y radio anunciaron al mundo entero la noticia: “Ríos Montt, es culpable de Genocidio”. Recuerdo recibir llamadas de tantas partes del continente para hablar sobre la sentencia, que como bien dijo Maurice Echeverría, “fue una bengala que iluminó al mundo” y cuyo efecto no puede retrotraerse. En los mercados, los buses, las casas, se empezaron conversaciones sobre nuestro pasado, un tanto oscuro y doloroso, pero que al fin salió al claro, para empezar a ser sanado.

No olvido mayo del 2013, porque justo inicié mi labor como columnista en el Periódico. El primer texto publicado fue sobre el juicio por genocidio. A esta columna la titulé “Miedo a la inclusión” y fue un espacio de celebración de la sentencia y análisis de la reacción del CACIF ante la misma. Esto me permitió medir el impacto de la sentencia en las y los lectores del medio y la relevancia que tiene para nuestra historia que esta haya ocurrido.

Por eso que me parece oportuna y urgente la presentación de “Sembrando Semillas de Memoria”, porque la sentencia por Genocidio es un parte aguas en la historia contemporánea de Guatemala, que debe ser documentada y de la que debemos aprender.  

El alcance de la sentencia trastoco por completo al sistema de justicia, por eso, no fue de extrañar la reacción del aparato estatal: la destitución de la Fiscal del MP, la descalificación contra las y los jueces del tribunal A de sentencia, la reconfiguración de las cortes, el punto resolutivo del Congreso de la República que negó el genocidio.

Es importante decir que Sí Hubo Genocidio, porque es importante denunciar que el aparato de exterminio en contra de los pueblos indígenas no se detuvo con la firma de la Paz. Siguen masacrando comunidades. Matan de hambre, contaminan el agua, despojan nuestras identidades, persiguen penalmente si disentimos, para poder expropiar libremente los recursos y la tierra. Para saciar el hambre de oro, cemento, petróleo y níquel de las barrigas de los capitales nacionales y extranjeros. Para generar electricidad que mueve las máquinas con las que somos explotados. Cotzal, Chajul, Nebaj, Río Negro, San Miguel Ixtahuacan, El Estor, La Libertad, Barillas, Toto, La Puya, San Rafael las Flores, Monte Olivo, San Juan Sacatepéquez, Santa Eulalia, son ejemplo de esto. 

“Sembrado Semillas de Memoria” es la narración de un proceso de 14 años de lucha por la Memoria y la Justicia, donde miembros del equipo jurídico de CALDH, las y los sobrevivientes del genocidio nos cuentan sus vivencias y todo el trabajo que implicó para ellos alcanzar una sentencia histórica en el mundo. La condena a un dictador en su país.

La lucha por la memoria, la verdad y la justicia, también es defensa del territorio; del territorio que ocupa la resistencia al exterminio de los pueblos en la Historia de Guatemala. Historia que no se aprende en las aulas, pero que gracias al cine documental, al fotoperiodismo, al arte y los libros podemos aprender para modificar nuestro futuro.

Veremos a Juan Francisco, Bernardo, Dolores, Elena, María, Francisco y don Marcial Martín hablar de su convicción por romper el silencio y vencer el miedo. Hablaran de su espera para que la Verdad cayera sobre suelo fértil, para que sus vivencias de terror y muerte no se repitan nunca más.

Hablarán de su paciencia ante las artimañas “legales”, productos del culto fanático a la forma del proceso penal en Guatemala, que fueron usadas como medio de justificación para el cumplimiento de las órdenes del CACIF. Estas mañas obligaron a regresar el juicio a fases iniciales, obviando los derechos de las víctimas. Pero ni las mañas, ni los gritos de los abogados defensores de los militares pudieron desvirtuar los testimonios, los peritajes, los hechos, la historia. Es importante denunciar que la estrategia dilatoria de la defensa de los generales ha sido una mala escuela para muchos y muchas abogados, que han encontrado en estas prácticas guaridas para la impunidad.

“Sembrando Semillas de Memoria”, es un llamado a no olvidar que el 10 de mayo del 2013 el Genocida que atentó contra los pueblos mayas fue sentenciado y aunque lo vuelvan a juzgar no lo harán inocente.

Así como la sentencia fue dictada en Jun Ajpu, un día para la valentía, no es casualidad que hoy Jun Tz’i, un día para pedir por la justicia, para pedir respeto al trabajo comunitario, la armonía de la comunidad, el orden y transparencia, estemos juntos para reafirmar que la Sentencia por Genocidio Está Vigente. 

Gracias a CALDH y AJR por este esfuerzo, por esta semilla sembrada en nuestras memorias y corazones. ¡No Germina la Justicia Sin Semillas de Memoria!

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