¡No Germina la Justicia Sin Semillas de Memoria!
Comentarios al documental "Sembrando Semillas de Memoria" de CALDH por Andrea Ixchíu
Cine Lux – 19/02/2015 – Jun Tz’i.
No olvido el 2013, justo ese año tuve el honor y la
responsabilidad de ser una autoridad comunitaria en Totonicapán. Justo el 10 de
mayo en la casa comunal de los 48 cantones de Totonicapán, estábamos reunidos
con miembros de la alcaldía indígena Ixil, compartiendo experiencias de trabajo
comunitario.
Estuvimos pendientes del juicio todo el día,
cuando de pronto llego la noticia, contra todos los pronósticos se dictaría la
sentencia en él Juicio por Genocidio. No sé si esto fue casualidad o el Jun
Ajpu que marcaba el Cholq’ij ese día tuvo algo que ver con todos esos eventos.
Abandonamos nuestra conversación y nos
dispusimos a proyectar la audiencia en el salón, nadie lo podría creer. La
noticia de la lectura de la sentencia se regó como el agua que corre de un
chorro. De pronto el salón de la casa comunal estaba inundado de ancianas,
niños y jóvenes. Todas y todos con mucha curiosidad e incertidumbre.
Entonces la voz de Yasmín Barrios, quién en
nombre del pueblo, la memoria, la verdad y la justicia declaró culpable de Genocidio
a Efraín Ríos Montt. El llanto dentro
de ese salón fue inevitable. En Guatemala pocas veces tenemos el privilegio de
llorar de alegría. Recuerdo como nos abrazamos Ixiles y K’iches, festejamos, no
solo la condena, sino la esperanza de creer que la Justicia en Guatemala es
posible.
La prensa, la radio, los medios locales,
llegaron de inmediato a la casa comunal, las autoridades Ixiles hablaron. Fue
histórico que nuestras varas pudieran estar juntas ese día, y que el Jun Ajpu,
nuestro abuelo cerbatanero le diera la valentía al tribunal, al equipo jurídico
y sobre todo a las y los sobrevivientes del genocidio ese día, para vencer a la
oscuridad.
Recuerdo ahora la historia de los héroes gemelos
en el Popol Vuh, Jun Ajpu e Ixbalanqué, quienes luego de derrotar a los señores
de Xibalbá, bailaron para agradecer y festejar la victoria y con esto dejar un
registro, una herencia cultural de ese momento. Por eso al igual que como
hicieron los gemelos, la explosión de creatividad, arte y fuerza, con que se
celebró esta sentencia fue inevitable. Todas las canciones, grafitis,
fotografías y poemas sobre este juicio y la sentencia fueron y son importantes
para la construcción de la memoria histórica.
También el trabajo de los medios informativos
fue crucial. Portadas de periódicos, reportajes, programas de televisión
y radio anunciaron al mundo entero la noticia: “Ríos Montt, es culpable de
Genocidio”. Recuerdo recibir llamadas de tantas partes del continente para
hablar sobre la sentencia, que como bien dijo Maurice Echeverría, “fue una
bengala que iluminó al mundo” y cuyo efecto no puede retrotraerse. En los
mercados, los buses, las casas, se empezaron conversaciones sobre nuestro
pasado, un tanto oscuro y doloroso, pero que al fin salió al claro, para
empezar a ser sanado.
No olvido mayo del 2013, porque justo inicié mi labor como columnista
en el Periódico. El primer texto publicado fue sobre el juicio por genocidio. A
esta columna la titulé “Miedo a la inclusión” y fue un espacio de celebración
de la sentencia y análisis de la reacción del CACIF ante la misma. Esto me
permitió medir el impacto de la sentencia en las y los lectores del medio y la
relevancia que tiene para nuestra historia que esta haya ocurrido.
Por eso que me parece oportuna y urgente la
presentación de “Sembrando Semillas de Memoria”, porque la sentencia
por Genocidio es un parte aguas en la historia contemporánea de Guatemala, que
debe ser documentada y de la que debemos aprender.
El alcance de la sentencia trastoco por completo
al sistema de justicia, por eso, no fue de extrañar la reacción del aparato
estatal: la destitución de la Fiscal del MP, la descalificación contra las y
los jueces del tribunal A de sentencia, la reconfiguración de las cortes, el
punto resolutivo del Congreso de la República que negó el genocidio.
Es importante decir que Sí Hubo Genocidio,
porque es importante denunciar que el aparato de exterminio en contra de los
pueblos indígenas no se detuvo con la firma de la Paz. Siguen masacrando
comunidades. Matan de hambre, contaminan el agua, despojan nuestras
identidades, persiguen penalmente si disentimos, para poder expropiar
libremente los recursos y la tierra. Para saciar el hambre de oro, cemento,
petróleo y níquel de las barrigas de los capitales nacionales y extranjeros.
Para generar electricidad que mueve las máquinas con las que somos explotados.
Cotzal, Chajul, Nebaj, Río Negro, San Miguel Ixtahuacan, El Estor, La Libertad,
Barillas, Toto, La Puya, San Rafael las Flores, Monte Olivo, San Juan
Sacatepéquez, Santa Eulalia, son ejemplo de esto.
“Sembrado Semillas de Memoria” es la narración
de un proceso de 14 años de lucha por la Memoria y la Justicia, donde miembros
del equipo jurídico de CALDH, las y los sobrevivientes del genocidio nos
cuentan sus vivencias y todo el trabajo que implicó para ellos alcanzar una
sentencia histórica en el mundo. La condena a un dictador en su país.
La lucha por la memoria, la verdad y la
justicia, también es defensa del territorio; del territorio que ocupa la
resistencia al exterminio de los pueblos en la Historia de Guatemala. Historia
que no se aprende en las aulas, pero que gracias al cine documental, al
fotoperiodismo, al arte y los libros podemos aprender para modificar nuestro
futuro.
Veremos a Juan Francisco, Bernardo, Dolores,
Elena, María, Francisco y don Marcial Martín hablar de su convicción por romper
el silencio y vencer el miedo. Hablaran de su espera para que la Verdad cayera
sobre suelo fértil, para que sus vivencias de terror y muerte no se repitan
nunca más.
Hablarán de su paciencia ante las artimañas
“legales”, productos del culto fanático a la forma del proceso penal en
Guatemala, que fueron usadas como medio de justificación para el cumplimiento
de las órdenes del CACIF. Estas mañas obligaron a regresar el juicio a fases
iniciales, obviando los derechos de las víctimas. Pero ni las mañas, ni los
gritos de los abogados defensores de los militares pudieron desvirtuar los
testimonios, los peritajes, los hechos, la historia. Es importante denunciar
que la estrategia dilatoria de la defensa de los generales ha sido una mala
escuela para muchos y muchas abogados, que han encontrado en estas prácticas
guaridas para la impunidad.
“Sembrando Semillas de Memoria”, es un llamado a
no olvidar que el 10 de mayo del 2013 el Genocida que atentó contra los pueblos
mayas fue sentenciado y aunque lo vuelvan a juzgar no lo harán inocente.
Así como la sentencia fue dictada en Jun Ajpu,
un día para la valentía, no es casualidad que hoy Jun Tz’i, un día para pedir
por la justicia, para pedir respeto al trabajo comunitario, la armonía de la
comunidad, el orden y transparencia, estemos juntos para reafirmar que la
Sentencia por Genocidio Está Vigente.
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