"La Ronda de la Verdad", relata en vivo la crudeza del genocidio
EFE - info@efe.com
Con relatos extraídos de documentos históricos, la obra de teatro "La Ronda de la Verdad" relata la crudeza del genocidio que sufrió Guatemala durante el conflicto armado (1960-1996), y llama a la conciencia de la juventud para que estos hechos no vuelvan a repetirse en el país.
La obra, presentada hoy en un instituto público de la capital, es una puesta en escena que traslada a los asistentes a los años más crueles de la guerra, la década de los ochenta, y en la que sus diez jóvenes actores desempeñan diferentes papeles, desde victimarios hasta víctimas.
La función inicia con algunos niños y niñas que intentan jugar, reír y ser felices, pero solo consiguen aburrirse, hasta que aparece un personaje mágico, que llama la atención del grupo al decir que tiene la capacidad de viajar por el tiempo.
"Clow" se lleva a los niños en su tren de la imaginación en el que les comenta un sin fin de historias del pasado y de a poco, los relatos se comienzan a hacer realidad y los personajes cobran vida para acercar al público a los hechos de violencia que marcaron a Guatemala.
"Son historias tristes que no debemos olvidar para que no se vuelvan a repetir", narra.
Las masacres perpetradas por los militares, las violaciones sexuales sufridas por las mujeres indígenas, los asesinatos de niños y el reclutamiento forzoso, entre otros hechos, son puestos en escena por el grupo artístico "Iquib Bálam", que en lengua quiché significa "jaguar lunar" o "luna jaguar".
El subteniente del Ejército Apolonio Ajoel, interpretado por el líder del grupo de actores, ordena torturar a los jóvenes que han sido reclutados a la fuerza, y les "lavan el cerebro" para que su única misión sea "matar y matar".
Gritos de mujeres indígenas que son abusadas sexualmente y torturadas, también reviven en la escena las graves violaciones a los derechos humanos cometidas por el Estado durante la guerra.
El líder del grupo explicó a Efe que él y sus compañeros no son actores profesionales porque no fueron a la universidad y mucho menos a Hollywood.
"Son jóvenes que han vivido experiencias en la calle", señaló Castillo.
El grupo experimental de teatro nació en el asentamiento humano "Mario Alioto" hace 12 años, en el municipio sureño de Villa Nueva, con el fin de buscar espacios alternativos de expresión y tiene fuertes raíces comunitarias.
"Nosotros decidimos mostrar la cruda realidad de lo que se vivió, se ponen en escena las masacres, la destrucción de los pueblos el asesinato de niños. Esto es para decirles que si hubo genocidio", sostiene Castillo sobre "La Ronda de la Verdad".
La intención de la obra, cuyos relatos fueron extraídos del informe Memorias del Silencio de la Comisión de la Verdad y de la Recuperación de la Memoria Histórica, Guatemala Nunca Más (Remhi), es llegar a la juventud, especialmente a los estudiantes.
Las dos investigaciones concluyeron en que en el país el Ejército cometió genocidio durante la guerra, que dejó unas 200.000 víctimas, entre muertos y desaparecidos.
El Remhi, que documentó más de 50.000 violaciones a los derechos humanos, la mayoría perpetrada por el Ejército, le costó la vida a su creador, el obispo auxiliar de Guatemala, Juan José Gerardi, quien fue asesinado a golpes en la cabeza el 26 de abril de 1998.
Abner Paredes, dirigente juvenil del Centro de Acción Legal para los Derechos Humanos (Caldh), que patrocina la puesta en escena de la obra, dijo a Efe que el objetivo es presentar información verídica y exponer las "dolorosas cifras de desaparición forzosa, destrucción y muerte" durante el conflicto.
Una hora después, los niños retornan de su viaje imaginario del pasado consternados por el genocidio y exigiendo justicia para recuperar la memoria histórica.
"Mientras muchos inocentes están en el presidio, en libertad están los que cometieron genocidio", reza parte de una canción que se interpreta al final de "La Ronda de la Verdad", que levantó de sus asientos al público para ovacionar a este grupo que también ha realizado montajes sobra drogas, el sida y la violencia intrafamiliar. EFE
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